Ser y estar Gallardo

Ayer (21-09-06) se inauguraba en Palma la exposición dedicada al historietista y dibujante en general Miguel Ángel Gallardo. Se dio a conocer en los ochenta con su personaje Makoki, uno de los grandes iconos de la transición, un psicópata que traspasó los límites del papel para convertirse en un símbolo de rebeldía y de los cambios que se estaban produciendo en el país. Algunos de sus comparsas llegaron a tener series propias, como el psicodélico Niñato y el facha Buitre Buitaker. Pero ahí no acabó su relación con las viñetas. Aunque se deshizo de Makoki eliminándolo a la manera de Crumb con su gato Fritz, tuvo antes tiempo de crear otros personajes, más sofisticados y cuidados que sus héroes anteriores. Primero dos periodistas, Pepito Magefesa y Perico Carambola. En ellos mostró su cara más culta, mezclando con ironía todo tipo de referentes culturales, ofreciendo en las mismas viñetas homenajes a lo más alto y a lo más bajo, imágenes que venían del museo y la televisión, el grabado y la revista de cotilleo, en un revoltijo que ya no abandonará.

Más tarde llegarían Roberto España y Manolín, una parodia de Roberto Alcázar y Pedrín en la que los dos héroes clásicos se enfrentaban a algunos de los males de la modernidad, generación x incluida. A finales de los noventa recopilaba en El Informe G muchas de sus planchas autoconclusivas. Sin duda es uno de sus libros más divertidos. Cerraba su dedicación al medio con Un largo silencio, un duro relato donde ponía imágenes a los recuerdos de la guerra civil de su padre. En este pequeño y hermoso trabajo nos brindaba una visión muy equilibrada de la contienda, donde la diferencia entre buenos y malos no es una cuestión de bandos sino de conciencia y decencia.

Mientras desarrollaba estas labores como dibujante de comics, Gallardo ejercía otras funciones que, con el tiempo, han acabado convirtiéndose en su principal ocupación. En la actualidad es uno de los mejores y más importantes ilustradores de España. Y lleva tiempo lanzado a la conquista de América. Sus dibujos pueden verse en portadas de libros, en suplementos de periódicos, como ilustraciones para cuentos infantiles, en camisetas, campañas de publicidad y otros tantos soportes de difícil enumeración.

En la muestra se ha intentado reflejar esa variedad dedicando un generoso espacio a sus planchas de comic y otro a sus ilustraciones. Como cada vez dibuja menos originales y más bien procesa unos pocos trazos digitalmente, para ampliar el número de dibujos se ha recurrido a los medios audiovisuales, con un DVD que agrupa parte de su abultado trabajo con el ordenador y muchas de sus animaciones. Una delicia gráfica, adecuadamente animada con música del inolvidable Dean Martin, que no deben perderse.

Florentino Flórez