La II Guerra Mundial en comic
Mark Bryant
Editorial Libsa. Madrid, 2008.

 

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El gran Fougasse

Como todavía intento asimilar la avalancha de tebeos que se ha producido con motivo del Salón de Barcelona, permítanme que esta semana gane algo de tiempo hablándoles de un libro de reciente aparición. Lo primero, señalar que el título está mal traducido y puede resultar engañoso. El término Cartoons del original alude más bien a lo que aquí denominamos chistes o humor gráfico y en menor medida al comic. Si uno abre el volumen esperando encontrarse viñetas, bocadillos y todos aquellos elementos que asociamos con las historietas, va a sentirse muy decepcionado.

Ahora bien, salvado este escollo y entendiendo que el trabajo recopila la visión que sobre el conflicto mundial ofrecieron artistas gráficos de toda Europa, puede disfrutarse y mucho. Siempre es agradable reencontrase con tipos como Arnold o redescubrir el talento de Low, sin duda uno de los más brillantes humoristas políticos ingleses. El volumen es casi exclusivamente visual y el texto apenas hace otra cosa que contextualizar las imágenes, así que se devora con fruición.

Supone además la oportunidad de profundizar en la obra de unos cuantos ilustradores a los que conocemos de forma fragmentaria. Quiero destacar a uno, a quien hace ya décadas que persigo por recopilatorios y enciclopedias varias: Fougasse, alter ego de Cyril Kenneth Bird. Nació en Londres en 1887 y era hijo del jugador de cricket Arthur Bird. Estudió en el Cheltenham College y después cursó estudios de ingeniería en el King's College. Asistió además a clases nocturnas de arte en la Escuela de Fotograbado y Litografía de Bolt Court y en la Regent Street Polytechnic. Se casó en 1914 con Mary Holden Caldwell.

Como oficial de los Ingenieros Reales, sirvió en la I Guerra Mundial y fue alcanzado por un proyectil en Gallipolli, en 1915. Sus heridas eran tan graves que pensaban que no sobreviviría. Incapacitado para caminar durante tres años, continuó con sus clases de arte por correspondencia. Durante su hospitalización mejoró su dibujo, consiguiendo finalmente publicar en Punch en 1916. Su primer chiste se titulaba “War's brutalising influence”. Fue el comienzo de una brillante carrera, que le llevaría a colaborar con publicaciones como The Bystander, The Graphic, London Opinion, The Stetch o The Tatler.

Empleaba el seudónimo de Fougasse, un tipo de mina francesa, para no ser confundido con otro de los colaboradores de Punch, W. Bird (Jack B. Yeats).

A lo largo de las décadas de los 20 y 30, su estilo evolucionó desde una representación más tradicional hacia un estilo más innovador, que era al tiempo único y popular. Conocido por la simplicidad de su línea, habitualmente adoptaba el formato del comic.

En 1937 se convirtió en el director artístico de Punch y en editor en jefe en 1949, hasta su retiro en 1953. Fue el único dibujante que ejerció como editor en la historia de la revista. Es especialmente conocido por sus carteles de propaganda y seguridad durante la Segunda Guerra Mundial, sobre todo la serie Careless Talk Costs Lives, para el Ministerio de Información. Fue galardonado como Comandante de la Orden del Imperio Británico por ese trabajo, en 1946. Entre los numerosos libros que escribió o ilustró se puede destacar You have been warned (1930), una mirada humorística al mundo del motor.

Entré en contacto con su labor a través de una publicación del Museo del Transporte de Londres. Allí aparecían algunos de sus carteles sobre comportamientos indebidos en el Metro. Todo llamaba la atención: la vigorosa tipografía manual, la limitada gama de colores, el generoso empleo de los blancos y, sobre todo, la fascinante simplificación geométrica de las figuras. Fougasse consigue un curioso término medio entre la estilización y el enfoque humorístico. Hace poco accedía a otra monografía de Punch y podía apreciar cómo su línea cambia, de un dibujo a otro, pero siempre mantiene su natural elegancia y esa fluidez que parece negar la apariencia geométrica.

En la actualidad hay muchos autores que exploran las sendas que él transitó. Pero en su momento pocos son los creadores con los que se puede emparentar. En Inglaterra, Thomas Derrick se acerca a veces, pero su dibujo es más orgánico. Karl Arnold, desde Alemania, también explora la geometría, pero su visión es más áspera. Citaría por último al americano Rea Irvin, que en sus momentos de mayor estilización es el que más se le aproxima. Pero al comparar todavía resalta más el talento elegante y diferenciado de Fougasse.
Murió en Londres en 1965.

Florentino Flórez

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